viernes, mayo 16, 2025
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Muere el papa Francisco: un pontífice reformista y cercano

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El papa Francisco ha fallecido esta mañana a los 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta, en el Vaticano. La noticia fue confirmada por el cardenal Kevin Joseph Farrell poco después de las 7:30 horas. Su muerte ha conmocionado al mundo católico y a la comunidad internacional, que reconocen en él a un líder espiritual carismático, valiente y profundamente humano.

El papa Francisco, llamado realmente Jorge Mario Bergoglio, nació en Buenos Aires en 1936, siendo así el primer papa procedente de América Latina y el primer jesuita en llegar al trono de San Pedro. Su elección en 2013 marcó un cambio notable en la Iglesia católica, tras la renuncia de Benedicto XVI. Desde su primer gesto al salir al balcón del Vaticano —renunciando a los lujos tradicionales del cargo y pidiendo a los fieles que rezaran por él—, Francisco dejó claro que su pontificado estaría marcado por la humildad, la cercanía y la reforma.

Durante sus doce años como pontífice, Francisco impulsó una visión de Iglesia abierta, más inclusiva y comprometida con los problemas sociales. Fue un firme defensor de los migrantes, los pobres y los marginados, abogando por una «Iglesia en salida» que estuviera al servicio de la humanidad. Criticó abiertamente el capitalismo salvaje, la cultura del descarte y la indiferencia global ante el sufrimiento de los más vulnerables.

Una de sus principales preocupaciones fue la crisis climática. Con la encíclica Laudato Si’ (2015), el papa llamó a una “conversión ecológica” y posicionó al Vaticano como un actor relevante en el debate medioambiental global. También promovió el diálogo interreligioso, acercándose a líderes musulmanes y judíos con gestos que rompieron barreras históricas.

En el ámbito interno de la Iglesia, Francisco impulsó reformas en la administración del Vaticano y en la lucha contra los abusos sexuales, aunque no sin críticas y resistencias. Abogó por una mayor transparencia y endureció las sanciones contra quienes encubrieran delitos. También abrió el debate sobre temas tradicionalmente tabúes, como el celibato sacerdotal, el papel de la mujer en la Iglesia o la inclusión de personas LGTBI+.

Sus posturas progresistas, sin embargo, no estuvieron exentas de controversia. Mientras fue muy admirado fuera del ámbito eclesial, dentro de la Iglesia se enfrentó a la oposición de sectores conservadores que cuestionaban sus reformas y su estilo pastoral. Aun así, logró mantenerse fiel a su visión: una Iglesia menos pobre y más misericordiosa y cercana a la realidad del siglo XXI.

Su última aparición pública fue este domingo, cuando presidió la bendición Urbi et Orbi desde el balcón de la basílica de San Pedro. A pesar de su delicado estado de salud, fue ovacionado por miles de fieles que intuían el final de una era.

El Gobierno de España ha decretado tres días de luto oficial en señal de respeto, al igual que varios países de América Latina. El mundo despide hoy a un papa que, más allá del dogma, buscó reconciliar la espiritualidad con la justicia social.