En plena discusión global sobre el impacto de la inteligencia artificial, el presidente de España ha aprovechado su intervención en la cumbre del G20 en Johannesburgo para reclamar una mayor regulación internacional que garantice un desarrollo tecnológico seguro, justo y alineado con los valores democráticos
En la cumbre del G20 que se ha celebrado en Johannesburgo (Sudáfrica) los días 22 y 23 de noviembre, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha reclamado de forma rotunda un aumento del control y la supervisión de la inteligencia artificial (IA), al advertir de los riesgos que esta tecnología plantea para democracias, empleo y derechos fundamentales.
Durante su intervención en la sesión titulada «Un mundo justo y equitativo para todos: minerales críticos, trabajo decente e inteligencia artificial», Sánchez declaró que «una tecnología tan poderosa … no se puede dejar al azar». Subrayó que la IA debe «servir para fortalecer las democracias, no para debilitarlas» y defender que sus beneficios se distribuyan de forma justa.
El presidente español propuso que la regulación de esta tecnología tenga un carácter internacional, con un papel relevante para Naciones Unidas. En concreto, señaló que la explotación creciente de la IA, junto con los materiales críticos de la nueva industria (minerales, automatización, etc.), puede generar desigualdades globales y nuevos riesgos laborales si no se supervisa correctamente.
Respecto al mercado laboral, Sánchez alertó de que la automatización y la digitalización vinculadas a la IA podrían afectar el empleo, por lo que reclamó fortalecer la negociación colectiva, invertir en formación profesional y garantizar mercados laborales más inclusivos y dignos. Asimismo, vinculó la transición energética y el acceso a los minerales críticos necesarios para la industria digital con la justicia económica: pidió que la demanda no contribuya a la fragmentación o desigualdad global.
En su mensaje, Sánchez recordó que España ya actúa internamente para supervisar los sistemas de IA. El Gobierno ha creado una agencia pública para este fin, y un observatorio de derechos digitales, entre otras herramientas, como parte de la preparación nacional para afrontar estos retos y garantizar la transparencia.
El contexto de la cumbre también lleva a remarcar que la gobernanza tecnológica y el multilateralismo aparecen como temas clave: Sánchez destacó que «renunciar al multilateralismo sería un error histórico» y que espacios como el G20 seguirán siendo relevantes para acuerdos globales sobre tecnologías emergentes.
Este planteamiento refuerza la tendencia de gobiernos y organismos internacionales a pedir coordinación ante la IA. En septiembre, por ejemplo, la ONU inauguró un «Diálogo Global sobre la Gobernanza de la Inteligencia Artificial», en el que España participó activamente como país copatrocinador.
La intervención de Pedro Sánchez en la cumbre del G20 configura un mensaje claro: la IA no es solo una cuestión de innovación o competitividad tecnológica, sino un asunto de justicia social, democrático-política y global. La apuesta española es por una regulación internacional, una distribución equitativa de beneficios y una protección efectiva de los derechos humanos y laborales.