La Edad Media ha sido, durante siglos, una de las etapas más mitificadas y malinterpretadas. Popularmente se la conoce como la “Edad Oscura”, un periodo de atraso, superstición y barbarie que supuestamente interrumpió el esplendor del mundo clásico y solo terminó con el Renacimiento. Sin embargo, esta visión simplista, aparte de ser inexacta, también ha sido moldeada por narrativas posteriores que han distorsionado la realidad. En este artículo, desmontaremos algunos de los principales mitos sobre la Edad Media y exploraremos cómo fue realmente este periodo, destacando sus avances, complejidades y aportaciones fundamentales a la historia.

Orígenes del mito de la “Edad Oscura”
La idea de la Edad Media como un periodo de ignorancia y atraso proviene de percepciones posteriores a la época medieval. Este mito comenzó a gestarse en el Renacimiento y se consolidó en la Ilustración y en el siglo XIX dentro de la narrativa académica y científica de la época, cuando los historiadores y pensadores proyectaron una imagen distorsionada del pasado para resaltar los valores de sus propios tiempos.
El Renacimiento y la construcción del mito
Durante los siglos XV y XVI, los humanistas del Renacimiento promovieron una recuperación de la cultura clásica grecorromana. Figuras como Petrarca y Lorenzo Valla veían la Edad Media como un largo periodo de oscuridad y decadencia entre la grandeza de la Antigüedad y el “renacer” de la cultura clásica en el Renacimiento. Para enfatizar este contraste, describieron el Medievo como una era de ignorancia y superstición, una “Edad Oscura” que debía ser superada.
Esta visión estaba influida por la admiración que los humanistas sentían por la Antigüedad y su deseo de diferenciarse de los estilos artísticos y literarios medievales. Así, el arte gótico fue considerado “bárbaro” (de ahí el término “gótico”, usado despectivamente para referirse a los godos) y los manuscritos medievales fueron vistos como inferiores a las obras grecolatinas.
La Ilustración y el rechazo de lo medieval
En el siglo XVIII, los filósofos ilustrados como Voltaire y Montesquieu reforzaron la idea de la Edad Media como un periodo de atraso y fanatismo religioso. Desde su perspectiva, la razón y el progreso solo comenzaron a desarrollarse con la Ilustración, mientras que la Edad Media era vista como un tiempo dominado por la superstición y el dogmatismo.
Este discurso tenía un componente político: la Ilustración luchaba contra el poder absoluto de la monarquía y la Iglesia, dos instituciones fuertemente asociadas con el medievo. Presentar la Edad Media como una época de opresión servía para legitimar sus propios ideales de libertad, racionalismo y secularización.
El siglo XIX y la historiografía romántica
Durante el siglo XIX, la historia como disciplina académica se consolidó, pero la imagen negativa de la Edad Media persistió en buena parte. Autores influenciados por el positivismo, como Auguste Comte, seguían viendo la historia en términos de progreso lineal, donde la Edad Media representaba una etapa primitiva antes del avance científico y racional de la modernidad.
Paradójicamente, el Romanticismo del siglo XIX también rescató algunos aspectos de la Edad Media, aunque de manera idealizada. Escritores como Walter Scott y Victor Hugo popularizaron una visión romántica del medievo, con castillos, caballeros y aventuras, pero esta representación poco tenía que ver con la realidad histórica.
La consolidación del mito en la cultura popular
En el siglo XX, la idea de la Edad Media como un periodo oscuro y atrasado se consolidó en la cultura popular, especialmente a través del cine y la literatura. Hollywood ha contribuido a perpetuar la imagen de castillos en ruinas, aldeanos sucios y una sociedad brutal y supersticiosa. Películas y series como Braveheart o Game of Thrones han reforzado esta visión, ignorando la riqueza cultural, intelectual y científica del periodo.
En el ámbito educativo, muchos libros de texto han mantenido la división tradicional entre Antigüedad, Edad Media y Renacimiento, reforzando la idea de que la Edad Media fue un «bache» en el progreso humano.
¿Un periodo sin avances científicos y tecnológicos?
Un mito muy extendido sobre la Edad Media es que fue un tiempo de estancamiento intelectual y científico. Sin embargo, lejos de ser una época de ignorancia absoluta, este periodo vio importantes avances en diversos campos del conocimiento.

En el ámbito del pensamiento y la educación, las universidades medievales surgieron en ciudades como Bolonia, París y Oxford, estableciendo un modelo que aún perdura. Filósofos como Tomás de Aquino y Averroes promovieron el estudio del pensamiento aristotélico, y figuras como Roger Bacon sentaron las bases del método experimental. Además, la astronomía, la medicina y las matemáticas se desarrollaron gracias a la transmisión de conocimientos desde el mundo islámico y bizantino.
En cuanto a la tecnología, hubo innovaciones clave que impulsaron la agricultura y la economía. El arado pesado permitió mejorar la productividad agrícola en Europa, mientras que los molinos de agua y viento facilitaron la molienda de grano y otras tareas industriales. También hubo avances en la navegación con la brújula y el astrolabio, y, hacia finales del periodo, la imprenta de tipos móviles revolucionó la difusión del conocimiento.
¿De verdad pensaban que la Tierra era plana?
También se cree que la gente del medievo creía que la Tierra era plana. Este mito es una visión distorsionada que proviene de interpretaciones erróneas de la historia, particularmente desde el Renacimiento y la Edad Moderna. La realidad es que, desde tiempos antiguos, la esfericidad de la Tierra era ampliamente aceptada entre los estudiosos, incluidos los medievales.

Figuras como Isidoro de Sevilla y Tomás de Aquino ya afirmaban la redondez de la Tierra en sus escritos, basándose en los conocimientos heredados de los griegos y los romanos. De hecho, en la Edad Media, la geografía y la astronomía estaban bien desarrolladas y la idea de la Tierra plana era mayormente rechazada por la mayoría de los pensadores. El propio Isidoro de Sevilla, en su Etimologías (siglo VII), afirmaba que la Tierra es redonda. Tomás de Aquino, en su Suma Teológica (siglo XIII), también asumía que la Tierra era esférica, como parte de su cosmología influenciada por Aristóteles.
La imagen de la Edad Media como una época en la que se creía que la Tierra era plana ha sido amplificada por la cultura moderna. Durante el Renacimiento, especialmente con la popularización de las ideas de Copérnico y Galileo, algunos historiadores comenzaron a reinterpretar erróneamente el conocimiento medieval, creando una narrativa de atraso y superstición. Este mito se consolidó aún más en el siglo XIX, en el marco del auge del positivismo, que promovía la idea de que la Edad Media era una etapa de ignorancia.
¿Solo hubo oscuridad y guerras?
Otro mito ampliamente extendido es la visión de que la Edad Media fue una época dominada por la oscuridad y las constantes guerras. Se suele pensar que el periodo medieval estuvo marcado por la violencia, la miseria y la barbarie. Sin embargo, esta perspectiva ignora una gran cantidad de logros culturales y avances sociales que definieron la época.

El arte medieval fue una de las grandes expresiones de creatividad y simbolismo del periodo medieval. El arte románico y gótico nos ha dejado algunas de las catedrales más importantes de la historia de la arquitectura, reflejando la espiritualidad y los avances técnicos de la época. Las miniaturas medievales y los códices iluminados son ejemplos brillantes de cómo los monjes, a través de su dedicación al detalle y la belleza, preservaron el conocimiento clásico y lo transmitieron a futuras generaciones. Además, la poesía cortesana, como la que floreció en las cortes de los trovadores y los poetas medievales, enriqueció la vida cultural y literaria.
En cuanto a la vida cotidiana, es cierto que hubo conflictos, pero como en cualquier periodo. No obstante, también hubo avances significativos. Las ferias medievales, los gremios y las universidades jugaron un papel central en la vida urbana y en el desarrollo de la economía. Las universidades, como las de Bolonia o París, comenzaron a sentar las bases de la educación moderna. Las ciudades crecieron y se transformaron, convirtiéndose en centros de comercio, arte y conocimiento.
¿Tanta represión había en la Edad Media?
Uno de los mitos más comunes sobre el medievo es que fue un periodo de represión absoluta, en el que la Iglesia y la autoridad impusieron un control férreo sobre la vida de la población. Si bien es cierto que la Iglesia tuvo un papel influyente, la realidad de la Edad Media fue mucho más compleja que la simple idea de una sociedad totalmente dominada por la represión.

El mito de la Inquisición y la quema de brujas se presenta como el máximo exponente de la tiranía medieval. Sin embargo, la Inquisición fue un fenómeno mucho más limitado de lo que se suele pensar. En realidad, la quema de brujas y las persecuciones fueron más comunes en la Edad Moderna, entre los siglos XVI y XVII, cuando el auge del miedo a la brujería se amplió debido a factores sociales y políticos. La Inquisición medieval, por su parte, tenía una función principalmente teológica y se centraba en el control de la ortodoxia religiosa más que en una represión generalizada de la vida cotidiana.
Por otro lado, la mentalidad medieval no era tan uniforme ni represiva como se suele pensar. Aunque la religión ocupaba un lugar central, había también espacio para las fiestas, los mercados y las tradiciones populares. Las ferias medievales, los festivales religiosos y las celebraciones comunitarias eran parte integral de la vida social, y muchas veces se desarrollaban sin grandes interferencias por parte de las autoridades. Además, la visión moderna sobre la represión de la Edad Media tiende a proyectar una mentalidad de control total, cuando en realidad, los medievales vivían en una estructura social compleja con normas más flexibles y diversas de lo que hoy creemos.
Al desmontar estos mitos sobre la Edad Media, nos damos cuenta de que la imagen de un periodo oscuro, lleno de ignorancia, represión y violencia, no refleja la complejidad y diversidad de este tiempo. Lejos de ser una época sin avances, el medievo fue un periodo de gran actividad intelectual, artística y social. Los medievales construyeron una base sobre la que se desarrollaron muchos de los aspectos que definirían la modernidad.
Los avances científicos, el florecimiento del arte románico y gótico, y las dinámicas urbanas y comerciales muestran un panorama mucho más dinámico de lo que el mito popular nos hace creer. A pesar de las dificultades, también hubo espacio para la creatividad, el conocimiento y el progreso. Por lo tanto, debemos alejarnos de las narrativas simplistas que reducen la Edad Media a una era de sombras, y reconocer que fue un tiempo clave en la formación de nuestro mundo actual.