sábado, noviembre 8, 2025
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Los romanos de Olbia “regaban” a sus muertos con vino y cerveza: un hallazgo excepcional en el sur de Francia

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Una excavación en la antigua colonia de Olbia ha revelado más de 160 tumbas romanas con conductos de libación, a través de los cuales los familiares vertían ofrendas líquidas a los difuntos

Arqueólogos franceses han sacado a la luz una extensa área funeraria romana junto a la antigua colonia de Olbia, en la actual Hyères (Var, Costa Azul). El conjunto, datado entre los siglos I y III d. C., reúne más de 160 estructuras vinculadas a cremaciones y revela detalles poco frecuentes sobre cómo se despedía a los difuntos en la Galia romana. La intervención forma parte de una operación de arqueología preventiva dirigida por el Institut national de recherches archéologiques préventives (Inrap) y el servicio arqueológico del Departamento del Var.

Una de las singularidades del hallazgo es la presencia sistemática de «conductos de libación», canales hechos con cuellos de ánforas reutilizadas que quedaban aflorando en superficie tras cubrir la tumba. A través de ellos, los familiares podían verter ofrendas líquidas – vino, cerveza o aguamiel – durante conmemoraciones o como ofrendas a dioses del inframundo. Estos elementos convierten al conjunto de Olbia en un caso excepcional para estudiar la dimensión ritual y la memoria de los muertos en época imperial.

Los arqueólogos han podido reconstruir con gran detalle el protocolo: el difunto se disponía sobre una estructura de madera – tipo parihuela o lecho – colocada encima de una fosa cuadrangular. Con el calor, el armazón colapsaba y los huesos se calcinaban, fracturándose; a su alrededor, el fuego deformaba vidrios, ennegrecía cerámicas y afectaba al metal de los ajuares.

En Olbia, a diferencia de la norma romana de depositar los restos óseos en urnas, en numerosos casos se recogieron en pequeños montones o contenedores perecederos, un gesto que podría reflejar diferencias sociales o culturales dentro de la comunidad.

Gracias al examen de una de estas tumbas, se ha podido reconstruir con gran detalle la secuencia arquitectónica y ritual de esta práctica funeraria. La coloración rojiza de las paredes de la fosa intuye la exposición directa al fuego, mientras que el pozo de ventilación central aseguraba la oxigenación dentro del espacio para que la combustión fuera posible.

Se han encontrado también clavos mezclados con huesos humanos, evidencias interpretadas como restos de las estructuras de combustión y de la posterior transformación de las piras en tumbas cubiertas con tejas planas y semicirculares, que servían como techo protector. Dos tejas semicirculares se colocaban verticalmente para permitir verter los líquidos sobre la tumba, añadiendo incluso una copa junto a la entrada del canal.

Estas observaciones ayudan a conectar la arquitectura de la combustión con el resultado funerario final, reforzando la interpretación de Olbia como una necrópolis de cremación densamente estructurada. En conjunto, Olbia ofrece una ventana privilegiada a la relación simbólica entre vivos y muertos en la costa mediterránea de la Galia, y abre nuevas líneas de estudio sobre cómo se articularon memoria, afecto y estatus en los cementerios del Alto Imperio.