El Ministerio de Cultura ha puesto en marcha un amplio proyecto de renovación de los discursos expositivos del Museo Nacional de Antropología y del Museo de América, una reforma que busca actualizar sus narrativas desde perspectivas descoloniales, antirracistas y de género
El Ministerio de Cultura ha lanzado un ambicioso proyecto para renovar de forma integral los discursos museográficos de dos de sus principales instituciones, el Museo Nacional de Antropología (MNA) y el Museo de América, con una visión decolonial, inclusiva, antirracista y de género. La iniciativa fue presentada el pasado 19 de noviembre, y los medios la recogen como el inicio de una «descolonización» de los museos estatales.
El proceso contempla la licitación de los proyectos museográficos: para el Museo Nacional de Antropología está previsto que comience en diciembre de 2025, con un importe estimado de 4,4 millones de euros, y la finalización de las obras se proyecta para el segundo semestre de 2028. En el caso del Museo de América, la licitación arrancará en marzo de 2026 por unos 9,2 millones, con cierre estimado también en 2028.
Los objetivos declarados del ministerio señalan que estas reformas buscan «abrir la mirada» de los museos, contemplar la realidad desde múltiples puntos de vista, y reconocer la agencia de los pueblos y comunidades, en lugar de presentar únicamente sus objetos. Según palabras del ministro de Cultura Ernest Urtasun, se trata de «explicar las culturas como algo vivo, dinámico, contemporáneo, que dialoga con nosotros hoy. Significa reconocer la agenda de los pueblos y comunidades, y no solo mostrar sus objetos».
En concreto, el MNA reorganizará sus espacios en tres ejes: una reflexión sobre el papel de la antropología, abordando cuestiones como el colonialismo, otra sobre «cómo habitar el mundo» – incluyendo cosmovisiones no-occidentales – y una tercera área de «laboratorios de imaginación social» sobre futuro, patrimonio y narrativas de reparación. El Museo de América, por su parte, adoptará un planteamiento dividido en cuatro bloques: «Imaginarios», «Personas y Seres», «Conflictos y Resistencias» y «Cosmovisiones y Saberes», con el fin de desplazar el foco de los objetos a las personas que los habitan o representan.
Una cuestión relevante es que, por ahora, se ha descartado que este proyecto implique directamente la devolución de piezas a sus países de origen. Se contempla más bien la revisión crítica del patrimonio, con participación de comunidades y creación de discursos museográficos nuevos bajo un marco de justicia social. Además, se hará un esfuerzo por minimizar el cierre al público de los museos durante las obras: en el caso del Museo de América, la ejecución se hará por fases, por lo que no será necesario su cierre; en el del MNA, podría haber un cierre temporal, al tener menor tamaño, pero que se intentará minimizar.
La iniciativa se enmarca en un momento en que la museología internacional está revisando sus orígenes coloniales, y se refiere al compromiso de los museos públicos con la diversidad cultural, la participación comunitaria y la igualdad. Con esta apuesta, el Ministerio de Cultura ofrece a los dos museos estatales un modelo para actualizarse y alinearse con los valores de una sociedad multicultural y crítica.