El Centro Pompidou de París cerrará sus puertas en septiembre de 2025 para iniciar una ambiciosa obra de rehabilitación que se prolongará durante cinco años. La institución, inaugurada en 1977, afronta una transformación sin precedentes, tanto para asegurar su conservación como para adaptarlo a los desafíos del siglo XXI. El museo tiene previsto reabrir en 2030, tras lo que se considera una de las mayores operaciones logísticas y museísticas en la historia reciente de Europa.

El objetivo principal del cierre es doble: eliminar los materiales peligrosos como el amianto, presentes en la estructura original, y modernizar completamente el edificio para mejorar su sostenibilidad, accesibilidad y funcionalidad. La intervención afectará a todos los niveles, incluyendo sus sistemas de climatización, ventilación y accesos, además del tratamiento de fachadas, renovación de suelos y revestimientos, y la sustitución de carpinterías exteriores por vidrieras más eficientes energéticamente.
Según detalla el propio museo en su página oficial, el proyecto de renovación busca no solo conservar el edificio, sino también reinventar el lugar como “un centro más accesible, más ecológico, abierto y creativo”. En palabras de sus responsables, se trata de una oportunidad para «reposicionar al Pompidou como el museo del siglo XXI». Este enfoque está en línea con el compromiso institucional de repensar el papel de los museos en la era contemporánea, apostando por una mayor conexión con el espacio urbano, el medioambiente y las comunidades.
Durante el cierre, las más de 140.000 obras que integran la colección del Pompidou, o del Musée National d’Art Moderne, serán cuidadosamente trasladadas a otras instituciones, tanto dentro como fuera de Francia. Parte del fondo se alojará temporalmente en el Grand Palais, el Louvre, la Casa de la Moneda o la Filarmónica de París. También se organizarán exposiciones en las sedes del Pompidou en Málaga, Bruselas, Shanghái y Jersey City, así como en otras instituciones colaboradoras en otros países europeos, Estados Unidos, Japón y Australia.

La operación representa, tanto enorme desafío arquitectónico como una compleja logística museística. En palabras de algunos medios, se trata de «la mayor mudanza de la historia museística mundial», dado el volumen de obras que deben ser catalogadas, embaladas y trasladadas en condiciones óptimas de conservación. El cierre afectará asimismo a la biblioteca pública, el centro de investigación musical IRCAM y otros espacios culturales que conviven en el edificio parisino.
Este edificio fue diseñado por los célebres arquitectos Richard Rogers y Renzo Piano. Desde su apertura, ha sido una referencia mundial del arte moderno y contemporáneo, tanto por su innovadora arquitectura como por su enfoque interdisciplinar. Concebido como un espacio abierto a todas las formas de creación, ha albergado exposiciones pioneras, espectáculos, proyecciones, conferencias y actividades participativas que han redefinido la experiencia museística.
La reforma prevista busca preservar esa vocación experimental y multidisciplinar, pero adaptándola a las nuevas demandas sociales y culturales. El museo promete volver en 2030 con espacios más acogedores, accesibles e inclusivos, reafirmando su papel como plataforma de encuentro entre artistas, investigadores y ciudadanos.