El Museo de Bellas Artes de Valencia acoge hasta el próximo 15 de junio la exposición «Colección Masaveu: Objeto y naturaleza. Bodegones y floreros de los siglos XVII y XVIII», que invita a detenerse en lo cotidiano, en lo aparentemente insignificante, para redescubrir la grandeza del arte del bodegón. La muestra reúne más de cuarenta obras maestras de la pintura española de los siglos XVII y XVIII, procedentes de una de las colecciones privadas más importantes del país.

La exposición, organizada por la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, traza un recorrido temático y cronológico por dos siglos en los que el bodegón alcanzó una madurez artística indiscutible. Piezas firmadas por grandes nombres como Juan de Zurbarán, Tomás Hiepes, Juan van der Hamen y León, Luis Meléndez o Juan de Arellano conviven en salas luminosas que permiten apreciar en detalle la precisión técnica, la profundidad simbólica y la sensibilidad estética de este género.
Un género menor con ambiciones mayores
Históricamente considerado un “género menor” dentro de la jerarquía pictórica —por debajo de la pintura religiosa o histórica—, el bodegón encontró en el Barroco una vía para expresar una relación íntima con la materia, el tiempo y la espiritualidad. Estas composiciones, que representan elementos cotidianos como flores o frutas, transmiten mensajes morales, sociales o religiosos, camuflados tras la aparente neutralidad de los objetos.
La exposición se estructura en tres secciones que permiten explorar la evolución del bodegón desde sus inicios hasta su consagración. El visitante se encontrará con naturalezas muertas de fuerte teatralidad barroca, composiciones sobrias de gran contención simbólica y escenas donde el realismo alcanza cotas casi fotográficas. Se aprecia cómo los artistas no solo capturaban lo visible, sino que también sugerían lo invisible: el paso del tiempo, la fugacidad de la belleza o la vanidad de las posesiones materiales.

Un diálogo con el presente
Más allá de la calidad individual de las obras, la exposición destaca por la coherencia del conjunto y la cuidada museografía, proponiendo un diálogo entre pintura y espectador, entre lo antiguo y lo contemporáneo. El bodegón, nos recuerda la muestra, no es un género del pasado, sino una forma de mirar el mundo que sigue siendo profundamente actual. En palabras de los organizadores, la intención es “revindicar el poder expresivo del objeto” y ofrecer una experiencia estética en la que prime la contemplación y la pausa.
La Colección Masaveu: mecenazgo y excelencia
Esta muestra es también una oportunidad para descubrir una parte del legado de la Colección Masaveu, que desde finales del siglo XIX ha reunido obras maestras de la pintura española con una vocación claramente patrimonial. Se trata de una colección que en los últimos años ha cedido importantes obras a museos e instituciones culturales, contribuyendo a la difusión del arte clásico en España.
La exposición forma parte de una itinerancia que ya ha pasado por Oviedo y Palma de Mallorca, y que ahora recala en Valencia con un montaje especialmente adaptado al contexto del Museo de Bellas Artes, uno de los más destacados en el ámbito nacional por su colección de pintura barroca.