sábado, junio 21, 2025
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Descubren en Zaragoza una necrópolis islámica y decenas de cuerpos en las catas del río Huerva

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Las recientes excavaciones arqueológicas previas a los trabajos de regeneración en la margen del río Huerva, en la zona del antiguo Canódromo y Camino de las Torres, han sacado a la luz un conjunto de hallazgos de gran valor histórico: una necrópolis islámica medieval y medio centenar de cuerpos enterrados.

Estas intervenciones arqueológicas, enmarcadas en el proyecto de recuperación paisajística de la ribera del Huerva, se iniciaron hace varias semanas y se han prolongado hasta la fecha. Su objetivo es documentar y preservar el patrimonio subterráneo antes de ejecutar las obras de urbanización.

En las primeras labores de sondeo —hace unos cuatro meses— se detectaron los primeros restos de tumbas de época islámica, en torno al siglo X. Se estima que fueron enterrados al menos 25 cuerpos; algunos muestran orientación hacia La Meca y disposición en decúbito lateral, rasgos característicos del rito musulmán.

El jefe de la Sección de Arqueología del Ayuntamiento de Zaragoza, José Juan Domingo, ha aportado detalles precisos respecto al estado de conservación, confirmando que están muy afectados por el rebaje del terreno y obras posteriores, pero se están siguiendo procedimientos minuciosos de limpieza, documentación topográfica y fotográfica. Posteriormente, los restos se trasladarán a la Universidad de Zaragoza, donde se realizarán análisis forenses para identificar su origen, edad, salud y posibles causas de muerte.

Los últimos hallazgos han sido de esta última semana, contabilizando así alrededor de 50 cuerpos. Este dato amplía la cifra inicial y reanuda las excavaciones con hallazgos «nuevos» restos óseos, todos vinculados a la misma necrópolis islámica medieval.

La intervención arqueológica también ha identificado vestigios del convento de San José, fundado en el siglo XVI por los Carmelitas Descalzos, y cuyas instalaciones fueron reutilizadas como fortín, prisión y cuartel militar antes de su demolición en los años setenta del siglo pasado. Todavía se conservan restos de muros y cimientos in situ. Entre los hallazgos también figuran fragmentos de cerámica jacobea con inscripciones alusivas al convento y proyectiles de mortero relacionados con los Sitios de Zaragoza (1808–1809), lo cual evidencia la multiperiodicidad del sitio.

Estos descubrimientos refuerzan la idea de que la ciudad medieval musulmana —Saraqusta— se extendía más allá del centro, en las márgenes del Huerva, como han corroborado en otras necrópolis halladas recientemente en la ciudad. Cada tumba confirma la existencia de una zona funeraria organizada en época andalusí, con orientaciones y rituales claramente islámicos.

La acumulación de restos funerarios, estructuras conventuales y evidencias bélicas ha convertido el entorno del Huerva en un punto de referencia para la arqueología urbana de Zaragoza. El redescubrimiento de esta necrópolis islámica, sumado al convento y vestigios bélicos, muestra la riqueza histórica superpuesta del Huerva.