El hallazgo, de 43.000 años de antigüedad localizado en un abrigo de Segovia, apunta a una capacidad simbólica más avanzada de lo que se pensaba hasta ahora.

Un equipo multidisciplinar de investigadores ha identificado en el yacimiento del Abrigo de San Lázaro, en Segovia, la que se considera la huella dactilar humana más antigua conocida en Europa. Este hallazgo, datado en aproximadamente 43.000 años, ha sido atribuido a un individuo neandertal y representa una evidencia significativa del comportamiento simbólico de esta especie.
El objeto en cuestión es un canto rodado de granito que presenta un punto de pigmento rojo ocre en una posición estratégica. Mediante análisis multiespectrales, se ha detectado en este punto una imagen dermatoglífica, es decir, una huella dactilar, que no es visible a simple vista. Esta huella es la más completa identificada hasta la fecha en contextos arqueológicos de esta antigüedad, comparable únicamente con una huella parcial hallada en Königsaue, Alemania.
Los investigadores, liderados por David Álvarez-Alonso y colaboradores, han utilizado diversas técnicas analíticas, incluyendo microscopía electrónica de barrido, escaneo 3D y análisis multiespectrales, para estudiar el objeto. Los resultados sugieren que el canto fue transportado y pintado intencionadamente con fines no utilitarios, lo que indica un comportamiento simbólico por parte de los neandertales.
Esta investigación, liderada por la Universidad Complutense de Madrid y la Policía Científica, en colaboración con el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) y la Universidad de Salamanca, se ha publicado en la revista Archaeological and Anthropological Sciences bajo el título «More than a fingerprint on a pebble: A pigment-marked object from San Lázaro rock-shelter in the context of Neanderthal symbolic behavior». Este descubrimiento aporta nuevas evidencias sobre la capacidad de abstracción y pensamiento simbólico de los neandertales, sugiriendo que podrían haber desarrollado representaciones simbólicas de rostros humanos en la Prehistoria.
El yacimiento del Abrigo de San Lázaro, situado en el valle del río Eresma, es conocido por albergar niveles de ocupación neandertal, por lo que ha sido objeto de diversas campañas de excavación desde 2018. Este descubrimiento refuerza la importancia del sitio para el estudio de las capacidades cognitivas y culturales de los neandertales en Europa occidental.

Este hallazgo proporciona información sobre las habilidades artísticas y simbólicas de los neandertales, y también destaca la utilidad de las técnicas analíticas avanzadas en la arqueología para descubrir aspectos invisibles a simple vista en los objetos prehistóricos. El trabajo colaborativo entre diferentes especialistas e instituciones ha permitido una comprensión más profunda del comportamiento simbólico de los neandertales y su capacidad para crear representaciones abstractas.
Este descubrimiento en Segovia se suma a la creciente evidencia de que los neandertales poseían capacidades cognitivas complejas y eran capaces de realizar actividades simbólicas, desafiando las concepciones anteriores sobre las diferencias entre ellos y los humanos modernos.