lunes, julio 14, 2025
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Descubren en Belice la tumba del primer rey de Caracol, un hallazgo clave para la historia maya

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Te K’ab Chaak, gobernante del siglo IV, habría sido enterrado con una máscara de jade y objetos rituales que revelan los orígenes del poder político en esta gran ciudad mesoamericana

Un equipo arqueológico dirigido por Arlen y Diane Chase, de la Universidad de Houston, ha descubierto, en la Acrópolis Noreste del sitio arqueológico de la ciudad maya de Caracol (Belice): la posible tumba del rey Te K’ab Chaak, fundador de la dinastía que dominaría la región durante siglos. Después de casi cuatro décadas investigando la zona, este es uno de los hallazgos más importantes de la zona y de la arqueología mesoamericana.

El enterramiento se encontró a seis metros de profundidad bajo un santuario familiar. Se trata de una tumba de gran tamaño – de casi 2 metros de altura por casi 4 metros de longitud –. En su interior yacía un hombre de edad avanzada, que medía aproximadamente 1,70 metros, sin dientes y de complexión robusta. Lo acompañaban once vasijas cerámicas, tubos de hueso grabados, conchas marinas del Pacífico, joyas de jadeíta y una máscara funeraria también de jade, señal de su estatus, entre otros materiales perecederos.

Esta tumba forma parte de un conjunto de tres enterramientos cuyas dataciones los sitúan hacia el año 350 d.C., fecha coincidente con las menciones epigráficas de Te K’ab Chaak, quien habría fundado la dinastía de Caracol en torno al año 331 d.C., coincidiendo con su subida al trono. Esta dinastía, consolidada como una potencia política y militar en el sur de Yucatán, duró más de cuatro siglos.

Este descubrimiento aporta nuevas pistas sobre la consolidación del poder en las primeras etapas del período clásico y sobre las redes de intercambio con otras culturas mesoamericanas. El hallazgo de materiales procedentes de Pachuca (México) en esta tumba y en otras del conjunto podría suponer prácticas rituales de Teotihuacán, lo que indicaría que las relaciones diplomáticas entre ambas culturas iniciaron mucho antes de lo que originalmente se creía, que era hacia el año 378 d.C. No obstante, sin inscripciones que indiquen el nombre de la tumba, y hasta que no se hagan análisis de los restos para saber con certeza de quién se trata, es difícil saber esto con seguridad.

Los investigadores afirman que el hallazgo permitirá revisar la narrativa tradicional sobre el surgimiento del poder dinástico en las ciudades mayas. Próximos análisis de laboratorio podrían confirmar la identidad del difunto y su lugar en la genealogía real a través de la reconstrucción de la máscara y del estudio del ADN del difunto.