martes, octubre 21, 2025
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Científicos hallan el fósil más antiguo que sugiere un híbrido entre el Homo sapiens y el neandertal

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Este hallazgo arqueológico podría reescribir la historia evolutiva: el cráneo de un niño de hace 140.000 años muestra rasgos tanto del Homo sapiens como del neandertal, lo que abre la posibilidad de que ambas especies se cruzaran mucho antes de lo que se pensaba

Un equipo internacional de investigadores acaba de identificar el descubrimiento más antiguo hasta la fecha que sugiere un posible cruce entre Homo sapiens y neandertales: los restos de un niño enterrado hace unos 140.000 años en la Cueva de Skhūl, en el monte Carmelo, Israel. Los restos, conocidos como Skhūl I, pertenecen a un niño de entre 3 y 5 años, cuya calavera fue originalmente excavada en 1931. Hasta ahora se había clasificado como un Homo sapiens anatómicamente moderno. Sin embargo, gracias a modernas técnicas de micro‑tomografía computarizada (micro‑CT) y modelado 3D, los científicos pudieron reconstruir su cráneo y mandíbula con una gran precisión, liberándolos incluso del yeso con el que fueron originalmente consolidados.

Investigadores franceses e israelíes han publicado el estudio sobre las características de este cráneo en L’Anthropologie. El análisis morfológico reveló que el neurocráneo —la parte que protege el cerebro— presenta una curvatura típica de Homo sapiens, mientras que la mandíbula carece de mentón, es ancha y muestra una configuración propia de los neandertales. Además, estructuras internas como el oído interno y el patrón de irrigación sanguínea craneal son características neandertales.

Según el investigador principal, el profesor Israël Hershkovitz, este ejemplar constituye la evidencia física más antigua de apareamiento entre Homo sapiens y neandertales, adelantando en más de 100.000 años la cronología previa más antigua, asociada a hallazgos como el «niño del valle de Lapedo» de Portugal (~28.000 años).

A pesar del entusiasmo, algunos expertos llaman a la prudencia. El paleontólogo Chris Stringer considera que, aunque la mandíbula tenga rasgos primitivos, en su conjunto los restos siguen alineándose principalmente con Homo sapiens; apunta a la necesidad de análisis de ADN para confirmarlo. Asimismo, John Hawks destaca la variabilidad anatómica dentro de nuestra especie y coincide en que, sin datos genéticos, la hipótesis de hibridación sigue siendo especulativa.

Más allá del parentesco del niño, este hallazgo aporta una nueva perspectiva sobre las interacciones entre humanos modernos y neandertales en el Levante: sugiere que coexistieron y posiblemente se mezclaron pacíficamente hace 140.000 años, mucho antes de lo que se creía. Esta convivencia temprana podría explicar el hecho simbólico de los entierros intencionales en la zona, como los presentes en Skhūl y Qafzeh, y desafía los modelos que retratan a Homo sapiens como exclusivamente agresivos hacia otros grupos humanos.

El análisis del fósil infantil Skhūl I con tecnología avanzada abre una ventana inédita a la historia evolutiva: ofrece indicios sólidos de que Homo sapiens y neandertales, además de coincidir temporalmente, pudieron  hibridar muchos miles de años antes de lo pensado. Queda, eso sí, pendiente la validación genética para respaldar esta fascinante hipótesis.