Un fósil hallado hace más de una década en un antiguo volcán de Girona ha resultado ser una nueva especie de topo que cambia lo que sabíamos sobre su evolución en Europa

Un equipo liderado por el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA), en colaboración con la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP-CERCA), ha identificado un fósil de topo del Plioceno – es decir, entre hace 2 y 2,5 millones de años aproximadamente – como una nueva especie y género, bautizada Vulcanoscaptor ninoti, gracias a avanzadas técnicas de microtomografía computarizada.
El nombre Vulcanoscaptor ninoti alude a su hábitat volcánico original (“vulcano‑” por volcán y “‑scaptor” por excavador) y homenajea a su hallazgo en Camp dels Ninots (“ninoti”).
El espécimen fue hallado en 2010 en el yacimiento del Camp dels Ninots (Caldes de Malavella) dentro de un antiguo cráter volcánico. Incluye mandíbula con la dentición completa, huesos de brazos y piernas, metacarpos, falanges y otros elementos anatómicos en conexión original. Este hallazgo, uno de los más antiguos y completos de Europa, debe su extraordinaria conservación a los sedimentos lacustres sin oxígeno y al entorno volcánico en que se encontraba.
La reconstrucción digital tridimensional (micro‑TC) del esqueleto permitió estudiar con detalle estructuras pequeñas como falanges, dientes o inserciones musculares, sin dañar el ejemplar, y comparar su anatomía con otros topos modernos.
Lo más llamativo es la adscripción del fósil a los Scalopini, un linaje de topos excavadores que actualmente vive en América del Norte y parte de Asia. Esto desafía la idea de que los topos europeos se habían aislado del resto del mundo. Según Marc Furió, uno de los líderes de la investigación: “Su presencia en Europa sugiere la existencia de migraciones transcontinentales de topos en el pasado, en contra de la idea de que son mamíferos con escasa capacidad de dispersión”.

El descubrimiento ha sido publicado el pasado 10 de julio en Scientific Reports, revista del grupo Nature, por Adriana Linares-Martín y Marc Furió, líderes de la investigación, entre otros especialistas. Este hallazgo abre nuevas vías de investigación sobre la evolución de los topos, su dispersión intercontinental y su adaptación al medio subterráneo y quizás incluso acuático, como sugieren ciertas adaptaciones anatómicas.